CAPÍTULO 73, AL MUZAMIL
CAPÍTULO 73, AL MUZAMIL
CAPÍTULO 73, AL MUZAMIL
Este capítulo del Corán fue revelado en La Meca, con excepción −según creen muchos eruditos− del último versículo. El tema que tratan las primeras 19 aleyas indica que fueron reveladas en la parte inicial de la misión del Profeta Muhammad, mientras estaba siendo preparado para asumir las responsabilidades de vivir y enseñarles a los demás a vivir de manera islámica. Se cree que la aleya veinte fue revelada en Medina, cuando se estaban estableciendo las normas y regulaciones de una sociedad en funcionamiento.
Aleyas 1 a 8: Oración nocturna
Esta sura comienza dirigiéndose al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), llamándolo Muzamil, el arropado o envuelto en vestimenta. El Profeta Muhammad estaba dormido, envuelto en sus ropas, pero Dios lo despertó y le dijo que rezara en ese momento de la noche, a fin de prepararse para el tiempo "pesado" (difícil) que estaba por venir. Es un tiempo "pesado" en cuanto a responsabilidad, y las revelaciones pesarían sobre él tanto metafórica como físicamente. Levántate de noche para orar. No toda la noche, sino media noche, o un poco más, o un poco menos.
Las horas de la noche, dice Dios, son más efectivas porque las palabras dichas (recitación del Corán, oración y súplica) en ese momento hacen una impresión más profunda y son entendidas con claridad más nítida. Solo aquellos que son sinceros y devotos son capaces de levantarse en ese momento y absorber las palabras de Dios. Esto es ciertamente debido a que, durante el día, la humanidad está ocupada con los asuntos mundanales de la vida. En la quietud de la noche, recuerda a tu Señor y recuerda también que te dedicas solo a Él.
Aleyas 9 a 14: Confía en el plan de Dios
Confía en Dios y apóyate en Él. Él es el Señor del oriente y del occidente. No hay divinidad sino solo Él. A continuación, Dios se dirige al Profeta Muhammad en particular, y a la humanidad en general, cuando dice que soportemos con paciencia lo que los detractores dicen, y que dejemos educadamente su compañía. Dios tratará con aquellos que rechazan el mensaje, aunque disfrutan de las comodidades que Dios provee. Así que Dios dice: "Déjenlos por un tiempo. Un castigo les espera, uno de grilletes y fuego, de comida asfixiante, así como un doloroso tormento". En el Día del Juicio, la Tierra temblará y las montañas se desmoronarán convirtiéndose en arena.
Aleyas 15 a 19: Recordatorio
Aquellos que se oponen al Profeta y al mensaje que él trae, han sido advertidos. El Profeta Muhammad será testigo a favor y en contra de ellos. Él es un advertidor y un Mensajero al igual que Moisés, que fue enviado como advertidor y Mensajero al Faraón. El Faraón desobedeció y Dios lo atrapó. Un fuerte castigo le fue infligido a él y a los que lo obedecieron por encima de Dios. Entonces, si no crees, ¿cómo te protegerás de un día que llenará de canas hasta el cabello de los niños? ¿Cómo te protegerás de un día en el que el cielo será desgarrado y la promesa de Dios se cumplirá? ¿Cómo te salvarás del castigo de la incredulidad en el Día de la Resurrección? Este es un recordatorio, así que aquellos que desean tener éxito, que se muevan en el camino correcto hacia su Señor Dios.
Aleya 20: El Omnisciente
Esta es la aleya que muchos eruditos creen que fue revelada en Medina, unos diez años después de los versículos anteriores. De acuerdo con las tradiciones del Profeta Muhammad, fue revelada para que los nuevos musulmanes limitaran, en caso de necesidad, las oraciones nocturnas, con el fin de orar las cinco oraciones obligatorias diarias de manera oportuna y eficiente.
Dios se dirige al Profeta Muhammad diciéndole que Él sabe que él (Muhammad) se mantiene en oración por largas horas en la noche, a veces dos tercios de la noche, otras veces la mitad de la noche o un tercio de la noche. Dios dice además que muchos de sus compañeros también lo hacen. Dios controla la alternancia entre el día y la noche, por lo tanto, sabe que la humanidad no será capaz de mantener un horario tan agotador.
Así que lee del Corán tanto como puedas. Dios también sabe que hay algunos que están enfermos, y otros que están viajando por la tierra en busca de la recompensa de Dios, y otros más están luchando por la causa de Dios. Por lo tanto, reciten todo lo que se les facilite, sean firmes en la oración y entreguen su zakat, y den a Dios un buen préstamo (gastando en Su causa). Cualquier bien que guarden para ustedes mismos, no se desperdiciará; Dios lo mejorará y lo aumentará para ustedes. Pidan perdón a Dios, Él es el perdonador, el más Misericordioso.