LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES Y RÍOS - LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES PROFUNDOS Y LAS OLAS INTERNAS
LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES Y RÍOS - LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES PROFUNDOS Y LAS OLAS INTERNAS
LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES Y RÍOS - LO QUE EL CORÁN DICE SOBRE LOS MARES PROFUNDOS Y LAS OLAS INTERNAS
La ciencia moderna ha descubierto que en los lugares donde se unen dos mares diferentes, existe una barrera entre los dos. Esa barrera divide a los dos mares para que cada mar tenga su propia temperatura, salinidad y densidad.[1] Por ejemplo, el agua del Mar Mediterráneo es tibia, salina y menos densa, comparada con la del Océano Atlántico. Cuando el agua del Mar Mediterráneo entra en el Atlántico, por el estrecho de Gibraltar, se introduce varios cientos de kilómetros en el Atlántico a una profundidad de cerca de 1000 mts. manteniendo sus propias características. El agua del Mediterráneo se estabiliza a esta profundidad[2] (ver figura 1).
Figura 1: El agua del Mediterráneo al entrar en el Atlántico por encima del estrecho de Gibraltar todavía con su propia temperatura, salinidad y menor densidad, debido a la barrera que distingue entre ellas. Las temperaturas están en grados Centigrados (C°) (Levemente modificado de The Marine Geology [La Geología Marina], Kuenen, p. 43.) (Haga click en la imagen para agrandarla.)
A pesar de las grandes olas, las fuertes corrientes y las mareas, existentes en estos mares, estos no se mezclan o traspasan esa barrera.
El Sagrado Corán menciona que existe una barrera entre los dos mares que se encuentran y que ambos no traspasan. Dios dice:
“Ha dejado fluir las dos grandes masas de agua, que se encuentran, pero las separa una barrera que no rebasan.” (Corán, 55:19-20)
Pero cuando el Corán habla sobre la división entre el agua fresca (dulce) y la salada, menciona la existencia de un “límite infranqueable” junto con la barrera. Dios dijo en el Corán:
“Él es quien ha hecho que las dos grandes masas de agua fluyan; una dulce, agradable; otra, salada y amarga. Ha puesto un espacio intermedio y una barrera infranqueable entre ellas.” (Corán 25:53)
Uno se pregunta ¿Por qué menciona el Corán al espacio intermedio, cuando habla del divisor entre el agua dulce y la salada; pero no lo menciona, cuando habla del divisor entre los dos mares?
La ciencia moderna ha descubierto que en los estuarios, donde el agua dulce y la salada se encuentran, la situación es en cierta manera diferente a la que se encuentra en los lugares en los que dos mares se encuentran. Se ha descubierto que lo que distingue al agua dulce de la salada en los estuarios (o Deltas de un río) es una “zona pinoclina que posee una marcada discontinuidad en su densidad, que separa las dos capas.”[3] Esta partición o división (zona de separación), tiene una salinidad diferente a la del agua dulce y a la de la salada.[4] (ver figura 2).
Figura 2: Corte longitudinal que muestra la salinidad (partes por mil 0/00), en un estuario. Aquí podemos observar la partición (Zona de separación), entre el agua dulce y la salada. (Levemente modificado de Introductory Oceanography[Oceanografía Introductoria], Thurman, p. 301.) (Haga click en la imagen para agrandarla.)
Esta información ha sido descubierta recientemente, utilizando avanzados equipos para medir la temperatura, salinidad, densidad, disolubilidad del oxigeno, etc. El ojo humano no puede ver la diferencia entre los dos mares que se juntan, más bien los dos mares nos parecen un mar homogéneo. De igual manera, el ojo humano no puede ver la división (o punto intermedio), del agua en los estuarios ni la partición (zona de separación).
Dios dice en el Corán:
“… o son (los que no creen) como tinieblas en un mar profundo, al que cubren olas sobre las que hay otras olas que a su vez están cubiertas por nubes. Tinieblas sobre tinieblas. Cuando saca la mano apenas la ve. A quien Dios no le da luz, no tendrá ninguna luz....” (Corán 24:40)
Este versículo menciona la oscuridad que se encuentra en los mares profundos y océanos, donde si un hombre sumergido en sus profundidades estira su mano no puede verla. La oscuridad en los mares profundos y océanos comienza alrededor de los 200 metros de profundidad y más abajo. A esta profundidad; casi no hay luz (Ver fig. 1). Después de los 1000 mts. ya no existe luz por completo.[1] Los seres humanos no son capaces de sumergirse a más de 40 metros sin la ayuda de submarinos o equipos especiales. Los seres humanos no pueden sobrevivir sin ayuda en las obscuras profundidades de los océanos, como los 200 mts. por ejemplo.
Figura 1: Entre el 3 y el 30% de la luz solar es reflejada en la superficie marina. Luego, casi todos los siete colores del espectro son absorbidos uno tras otro en los primeros 200 mts, excepto la luz azul. (Oceans [Los Océanos], Elder y Pernetta, p. 27.)
Los científicos han descubierto recientemente esta obscuridad mediante equipos especiales y submarinos que les han permitido sumergirse en las profundidades del océano.
Podemos comprender también de las siguientes afirmaciones en el anterior versículo, “...en un mar profundo al que cubren olas sobre las que hay otras olas que a su vez están cubiertas por nubes...”, que las aguas profundas de los mares y océanos están cubiertas por olas, y por encima de esas olas existen otras olas. Es evidente que ese segundo grupo de olas son las de la superficie que nosotros vemos, pues el versículo menciona que por encima de las segundas olas existen nubes. ¿Pero qué acerca de las primeras olas? Los científicos han descubierto recientemente que existen olas internas que “ocurren en las interfaces de densidad entre los estratos de diferente densidad”.[2] (ver figura 2).
Figura 2: Olas internas en interface entre dos estratos de agua con diferentes densidades. Una es densa (la de más abajo), y la otra es menos densa (la de más arriba). (Oceanography [Los Océanos], Gross, p. 204.)
The internal waves cover the deep waters of seas and oceans because the deep waters have a higher density than the waters above them. Internal waves act like surface waves. They can also break, just like surface waves. Internal waves cannot be seen by the human eye, but they can be detected by studying temperature or salinity changes at a given location.[3]