Acting upon the Quran 2

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El nacimiento de María

“Dios prefirió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la de ‘Imrán por sobre toda la humanidad. Familias descendientes unas de otras. Dios todo lo oye, todo lo sabe. Cuando la esposa de ‘Imrán dijo: ¡Señor mío! He realizado el voto de entregar a Tu exclusivo servicio lo que hay en mi vientre. ¡Acéptamelo! Tú eres el que todo lo oye, todo lo sabe. Y cuando le dio a luz dijo: ¡Señor mío! Me ha nacido una hija. Dios bien sabía lo que había concebido. [Agregó la esposa de ‘Imrán] No es lo mismo una mujer que un varón [para que se consagre a Tu servicio]. La he llamado María, y Te imploro que la protejas a ella y a su descendencia del maldito Satanás”. (Corán 3:33-36)

La niñez de María

“Su Señor la aceptó complacido, he hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Toda vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y entonces exclamaba: ¡Oh, María! ¿De dónde te ha venido esto? Ella respondía: De Dios; porque Dios sustenta sin medida a quien Le place”. (Corán 3:37)

María, la devota

“Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te ha elegido y purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del mundo.  ¡Oh, María! Adora a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes. Estas son historias que no conocías, y te las revelamos. Tú [¡Oh, Muhammad!] no estuviste presente cuando sortearon con sus cañas para ver quién de ellos se encargaría de María, ni tampoco cuando disputaban acerca de ello”. (Corán 3:42-44)

La albricia de un hijo

Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te albricia con Su Palabra [¡Sé!] Su nombre será el Mesías Jesús, hijo de María. Será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Dios. Hablará a los hombres desde la cuna y siendo un hombre maduro, y se contará entre los virtuosos. Dijo: ¡Oh, Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre? Le respondió: ¡Así será! Dios crea lo que Le place. Cuando decide algo, sólo dice: ¡Sé!, y es. Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Tora y el Evangelio. Y será un Mensajero para los Hijos de Israel, a quienes dirá: Os he traído un signo de vuestro Señor. Modelaré para vosotros un pájaro de barro. Luego soplaré en él, y con el permiso de Dios, tendrá vida. Con la anuencia de Dios, curaré al ciego de nacimiento y al leproso, y resucitaré a los muertos. Os informaré de lo que coméis y de lo que almacenáis en vuestras casas. En verdad tenéis en ello un signo si sois creyentes. He venido para confirmaros lo que os había llegado anteriormente en la Tora y para haceros lícitas algunas de las cosas que se os habían prohibido. Y os he traído un signo de vuestro Señor. Temed a Dios y obedecedme. Dios es mi Señor y el vuestro. Adoradle, pues. Éste es el sendero recto”. (Corán 3:45-51)

“Y narra la historia de María que se menciona en el Libro [el Corán], cuando se apartó de su familia para retirarse a un lugar al este. Y puso un velo para apartarse de la vista [mientras adoraba a Dios] de los hombres de su pueblo. Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana. Ella dijo: Me refugio de ti en el Compasivo[1], si es que temes a Dios. Le dijo: Soy el enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro. Ella dijo: ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente? Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para Mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una misericordia. Es un asunto decidido”.[2] (Corán 19:16-21)

La Inmaculada Concepción

“Y cuando infundimos Nuestro espíritu [a través del ángel Gabriel] en María, quien era virgen, e hicimos de ella y su hijo un signo para la humanidad”.[3] (Corán 21:91)

El nacimiento de Jesús

“Lo concibió, y decidió retirarse a un lugar apartado. Los dolores de parto la llevaron junto al tronco de una palmera. Exclamó: Preferiría haber muerto antes de esto, y así se me hubiera olvidado completamente. Entonces [el ángel] la llamó desde abajo [del valle]: No te apenes, tu Señor ha hecho fluir debajo de ti un arroyo. Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos. Come, bebe y complácete. Y cuando veas a algún hombre dile: Por cierto que he realizado un voto de silencio por el Compasivo, y no hablaré con nadie hoy. Se presentó ante su pueblo llevándolo en brazos [a Jesús]. Le dijeron: ¡Oh, María! En verdad has hecho algo inaudito. ¡Oh, tú que desciendes de Aarón! Tu padre no era un hombre deshonesto, ni tu madre una indecente. Ella lo señaló [al niño], y entonces le dijeron: ¿Cómo hemos de hablar con un niño que aún está en la cuna? Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Dios. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta[4]. Seré bendecido doquiera me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el Zakat mientras viva. Y me hará honrar a mi madre. No dejará que sea soberbio ni insolente. La paz fue conmigo el día que nací, será conmigo el día que muera y el día que sea resucitado”. (Corán 19:22-33)

“Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Dios es semejante al de Adán, a quien creó de barro y luego le dijo: ¡Sé!, y fue”.[5] (Corán 3:59)

“E hicimos de Jesús y su madre, María, un signo [de Nuestro poder], y los refugiamos en una colina fértil, provista de manantiales [Jerusalén]”.[6] (Corán 23:50)

La excelencia de María

“Y expone como ejemplo para los creyentes a la mujer del Faraón [que era una verdadera creyente], cuando dijo: ¡Oh, Señor mío! Constrúyeme, junto a Ti, una morada en el Paraíso y sálvame del Faraón y de sus terribles obras. Sálvame de este pueblo injusto. Y también a María, hija de ‘Imrán, quien preservó su castidad; infundimos en ella [a través del ángel Gabriel] Nuestro Espíritu. Ella creyó en la veracidad de las Palabras [de Dios] y en Su Libro, y se contó entre las devotas”. (Corán 66:11-12)

Jesús el Profeta

“Decid: Creemos en Dios y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus [descendientes de los hijos de Jacob], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los Profetas. No discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él”. (Corán 2:136)

“Por cierto que te hemos concedido la revelación como lo hicimos con Noé y con los Profetas que le sucedieron. Asimismo revelamos a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, a las doce tribus, Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón. Y concedimos a David los Salmos”. (Corán 4:163)

“El Mesías hijo de María es sólo un Mensajero, igual que los otros Mensajeros que le precedieron, y su madre fue una fiel y veraz creyente[1]. Ambos comían alimentos [como el resto de la humanidad][2]. Observa cómo les explicamos las evidencias y observa cómo [a pesar de esto] se desvían”. (Corán 5:75)

“En verdad Jesús es sólo un siervo a quien agraciamos [con la profecía], y lo enviamos como ejemplo a los Hijos de Israel”. (Corán 43:59)

El mensaje de Jesús

“E hicimos que les sucediera [a los Profetas de los Hijos de Israel] Jesús hijo de María, para que confirmase lo que ya había en la Tora. Le revelamos el Evangelio en el que hay guía y luz, como corroboración de lo que ya había en la Tora. Así también, como guía y exhortación para los piadosos”. (Corán 5:46)

“¡Oh, Gente del Libro! No os extralimitéis en vuestra religión. No digáis acerca de Dios sino la verdad: En verdad, el Mesías, Jesús hijo de María, es el Mensajero de Dios y Su palabra [¡Sé!] que depositó en María, y un espíritu que proviene de Él[3]. Creed en Dios y en Sus Mensajeros. No digáis que es parte de la trinidad, desistid, pues es lo mejor para vosotros. Por cierto que Dios es la única divinidad. ¡Glorificado sea! Es inadmisible que tenga un hijo. A Él pertenece cuanto hay en los cielos y la Tierra. Dios es suficiente como protector. El Mesías no menosprecia ser un siervo de Dios, como tampoco los ángeles allegados[4]. Quien desdeñe adorarle y se ensoberbezca, sepa que todos juntos serán resucitados y congregados ante Él”. (Corán 4:171-172)

“Éste es Jesús, hijo de María, es la verdad sobre la que ellos dudan [la Gente del Libro]. Dios no ha tenido un hijo. ¡Glorificado sea! Cuando decide algo dice: ¡Sé!, y es[5]. Por cierto que Dios es mi Señor y el vuestro, ¡Adoradle, pues! Éste es el sendero recto. Pero discreparon las diferentes sectas [sobre Jesús]. Ya verán los incrédulos cuando comparezcan [ante Dios] en un día terrible”. (Corán 19:34-37)

“Cuando Jesús se presentó con las evidencias, dijo [a los Hijos de Israel]: He venido a vosotros con la sabiduría [la profecía] para aclararos vuestras discrepancias [sobre las leyes de la Tora]; temed pues a Dios, y obedecedme. En verdad Dios es mi Señor y el vuestro; adoradle pues. Éste es el sendero recto. Pero discreparon los grupos [que le desmentían] de entre ellos [sobre la naturaleza de Jesús]. ¡Ay de los injustos! [Estarán perdidos cuando sean azotados] Por el castigo doloroso el Día del Juicio”. (Corán 43:63-65)

“Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: ¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero de Dios, enviado a vosotros para corroborar la Tora y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad [Éste era uno de los nombres del Profeta Muhammad][6]. Pero cuando se les presentó con las evidencias, dijeron: ¡Esto es pura magia!”[7] (Corán 61:6)

Los milagros de Jesús

“Ella lo señaló [al niño], y entonces le dijeron: ¿Cómo hemos de hablar con un niño que aún está en la cuna? Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Dios. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta[8]. Seré bendecido doquiera que me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el Zakat mientras viva. Y me hará honrar a mi madre. No dejará que sea soberbio ni insolente. La paz fue conmigo el día que nací, será conmigo el día que muera y el día que sea resucitado”. (Corán 19:29-33)

(Más Milagros serán mencionados adelante: Las albricias de un hijo)

La mesa servida desde el cielo con el permiso de Dios

“Cuando los discípulos de Jesús dijeron: ¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Puede tu Señor hacernos descender del cielo una mesa servida? Dijo: Temed a Dios, si sois creyentes. Dijeron: Queremos comer de ella para que nuestros corazones se sosieguen, saber que nos has dicho la verdad y poder ser testigos de ella. Dijo Jesús hijo de María: ¡Oh, Dios, Señor nuestro! Desciéndenos del cielo una mesa servida que sea para nosotros una celebración, tanto para los primeros como para los últimos [de nuestra nación], y un signo proveniente de Ti. Y susténtanos, pues Tú eres el mejor de los sustentadores. Dijo Dios: Os la haré descender; más quien de vosotros después de esto no crea, le castigaré como no he castigado a nadie”. (Corán 5:112-115)

Jesús y sus discípulos

“¡Oh, creyentes! Sed socorredores de [la religión de] Dios como lo fueron los discípulos de Jesús, hijo de María, que cuando les dijo: ¿Quiénes me socorrerán en la causa de Dios? Los discípulos respondieron: Nosotros seremos los socorredores de [la religión de] Dios. Un grupo de los Hijos de Israel creyó [en Jesús] y otro no. Entonces, fortalecimos a los creyentes sobre sus enemigos, y fueron quienes triunfaron”.[9] (Corán 61:14)

“Y cuando inspiré a los discípulos que creyeran en Mí y en Mi Mensajero, dijeron: ¡Creemos! Sé testigo de que somos musulmanes [en sumisión a Dios]”. (Corán 5:111)

“Después de ellos enviamos a Nuestros Mensajeros. A Jesús, hijo de María, le revelamos el Evangelio, e infundimos en los corazones de quienes le siguieron la compasión y la misericordia. Ellos establecieron el monacato sin que se lo hubiéramos prescripto, sólo por deseo de satisfacer a Dios, pero aún así no lo observaron como pretendían. A quienes de ellos hayan creído sinceramente les recompensaremos, pero muchos fueron corruptos. ¡Oh, creyentes! ¡Temed a Dios y creed en Su Mensajero! Os multiplicará así Su misericordia, os agraciará con una luz [Su guía] con la que transitaréis, y os perdonará vuestros pecados. Dios es Absolvedor, Misericordioso. Y que la Gente del Libro [los judíos] sepa que carecen de privilegios ante Dios. Por cierto que los favores están en manos de Dios, y Él los concede a quien Le place. Dios es el poseedor del favor inmenso”.[10] (Corán 57:27-29)

La pasión de Jesús

“Y cuando Jesús advirtió la incredulidad de su pueblo, dijo: ¿Quiénes me ayudarán en mi misión de transmitir el Mensaje de Dios? Dijeron sus seguidores: Nosotros te ayudaremos. Creemos en Dios. Atestigua [¡Oh, Jesús!] que a Él nos sometemos[1]. ¡Señor nuestro! Creemos en lo que has revelado y seguimos a Tu Mensajero. Cuéntanos, pues, entre los que dan testimonio de fe. Se confabularon [los incrédulos contra Jesús], pero Dios desbarató sus planes, porque Dios es el Quien mejor lo hace. Cuando Dios dijo: ¡Oh, Jesús! Te tomaré[2] y te ascenderé hacia Mí. Te libraré de los incrédulos y haré prevalecer a los que te han seguido por encima de los incrédulos hasta el Día de la Resurrección. Luego, volveréis a Mí y juzgaré entre vosotros sobre lo que discrepabais”. (Corán 3:52-55)

“Y dijeron: “Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Dios”. Pero no le mataron ni le crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar[3]. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y en verdad no lo mataron. Dios lo ascendió al cielo [en cuerpo y alma][4]. Dios es el Poderoso, el Sabio”. (Corán 4:157-158)

Los seguidores de Jesús

“Y a quienes te discutan acerca de esta verdad [de que Jesús es un siervo de Dios y no una divinidad] después de haberte llegado el conocimiento, diles: ¡Venid! Convoquemos a nuestros hijos y a los vuestros, a nuestras mujeres y a las vuestras, y presentémonos todos nosotros. Luego roguemos seriamente que la maldición de Dios caiga sobre los mentirosos. Ésta es la auténtica verdad. No hay otra divinidad excepto Dios. Dios es el Poderoso, el Sabio. Y si la niegan, sabed que Dios conoce bien a los desviados. Di: ¡Oh, Gente del Libro! Convengamos[5]en una creencia común a nosotros y a vosotros: No adoraremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Dios[6]. Y si no aceptan, decid: Sed testigos de nuestro sometimiento a Dios”. (Corán 3:61-64)

“Son incrédulos quienes dicen: Dios es el Mesías hijo de María. Di: ¿Quién podría impedir que Dios, si así lo quisiese, hiciera desaparecer al Mesías hijo de María, a su madre y a cuanto hay en la Tierra de una sola vez? De Dios es el reino de los cielos y la Tierra, y de todo lo que existe entre ellos. Dios crea lo que Le place, y Él tiene poder sobre todas las cosas. Los judíos y los cristianos dicen: Somos los hijos de Dios y Sus amados. Di: ¿Por qué, entonces, os castiga por vuestros pecados? No sois sino como el resto de la humanidad que Él ha creado. Perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere. De Dios es el reino de los cielos y la Tierra, y todo lo que existe entre ellos, y ante Él compareceremos”. (Corán 5:17-18)

“Son incrédulos quienes dicen: Dios es el Mesías hijo de María. El mismo Mesías dijo: ¡Oh, Hijos de Israel! Adorad a Dios, pues Él es mi Señor y el vuestro. A quien atribuya copartícipes [en la adoración] a Dios, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los injustos jamás tendrán auxiliadores. Son incrédulos quienes dicen: Dios es parte de una trinidad[7]. No hay más que una sola divinidad. Si no desisten de lo que dicen, un castigo doloroso azotará a quienes [por decir eso] hayan caído en la incredulidad. ¿Acaso no van a arrepentirse y pedirle perdón a Dios? Dios es Absolvedor, Misericordioso”. (Corán 5:72-74)

“Algunos judíos dicen: ‘Uzeir es el hijo de Dios[8], y los cristianos dicen: el Mesías es el hijo de Dios. Éstas son sólo palabras [sin fundamento] que salen de sus bocas, asemejándose por ello a los incrédulos que les precedieron. ¡Que Dios los maldiga! ¡Cómo se desvían! Tomaron a sus rabinos y a sus monjes por legisladores en lugar de Dios [y llegaron a idolatrarlos], y al Mesías hijo de María [los cristianos lo adoraron también]. Y sólo se les había ordenado [en la Tora y el Evangelio] adorar a Dios, la única divinidad. No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él. ¡Glorificado sea! ¡Cómo pueden atribuirle copartícipes [en la adoración]!”[9] (Corán 9:30-31)

“¡Oh, creyentes! Por cierto que muchos de los rabinos y monjes se apropian de los bienes ajenos sin derecho, y desvían  a los hombres del sendero de Dios. A aquellos que atesoren el oro y la plata y no contribuyan por la causa de Dios [pagando el Zakat correspondiente por sus bienes] anúnciales un castigo doloroso”. (Corán 9:34)

Su segunda venida

“Entre la Gente del Libro no habrá nadie que no crea en Jesús antes de su muerte [cuando descienda otra vez a la Tierra] [10]. El Día de la Resurrección atestiguará contra ellos”.[11](Corán 4:159)

“Por cierto que [el descenso a la Tierra de] él [Jesús] es una prueba de la [proximidad de la] Hora [del Juicio]; no dudéis[12], pues, de ella y seguidme; éste es el sendero recto”. (Corán 43:61)

Jesús en el Día de la Resurrección

“Cuando Dios dijo: ¡Oh, Jesús hijo de María! Recuerda la gracia que os concedí a ti y a tu madre, cuando te di fuerzas mediante el Espíritu Santo [el ángel Gabriel] y hablaste a la gente estando en la cuna y de adulto, y te enseñé la escritura, la sabiduría, la Tora y el Evangelio. Y cuando modelaste con arcilla un pájaro con Mi anuencia, y luego soplaste en él y se convirtió en un pájaro real con Mi anuencia, y curaste al ciego de nacimiento y al leproso con Mi anuencia, y resucitaste a los muertos con Mi anuencia. Y te protegí de los Hijos de Israel cuando te presentaste ante ellos con las evidencias y los incrédulos de entre ellos dijeron: Esto no es más que una magia evidente”. (Corán 5:110)

“Y cuando dijo Dios: ¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Eres tú quien ha dicho a los hombres: Tomadnos a mí y a mi madre como divinidades en vez de Dios?[13] Dijo: ¡Glorificado seas! No me corresponde decir algo sobre lo que no tengo derecho. Si lo hubiera dicho Tú lo sabrías. Tú conoces lo que encierra mi alma, mientras que yo ignoro lo que encierra la Tuya. Tú eres Quien conoce lo oculto[14]. No les he dicho sino lo que Tú me has ordenado: Adorad a Dios, mi Señor y el vuestro. Mientras permanecí con ellos velé por ellos, pero después de que me llevaste Contigo fuiste Tú Quien les vigiló. Tú eres testigo de todas las cosas. Si les castigas tienes derecho, pues ellos son Tus siervos; y si les perdonas, Tú eres Poderoso, Sabio[15]. Dios dirá [el Día del Juicio]: Éste es el día en que los sinceros son beneficiados por su sinceridad. Ellos tendrán jardines por donde corren los ríos y en los que estarán eternamente. Dios se complacerá con ellos y ellos con Él. Éste es el gran triunfo. A Dios pertenece el reino de los cielos y la Tierra, y todo lo que existe entre ellos; y Él tiene poder sobre todas las cosas”. (Corán 5:116-120)

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