La etiqueta con respecto al Glorioso Corán
La etiqueta con respecto al Glorioso Corán
La etiqueta con respecto al Glorioso Corán
Introducción:
Al-lah, Alabado sea, reveló el Corán para ser un faro de luz que no se puede extinguir. Es una metodología y forma de vida que es perfecta en todos sus aspectos. En él existe un poder que no puede ser igualado o repelido. Es el fundamento de la fe (Iman) y el manantial del conocimiento. Al-lah Quiso que el Corán saciara la sed de conocimiento. Es el deleite de la gente sabia. El Corán es una granAl-laha cura para todos los males. Es el lazo de Al-lah que no puede ser cortado. Es el sabio recordatorio y el camino verdaderamente recto.
Es el discurso de Al-lah, el Todopoderoso. Ya que es muy exaltado, el musulmán debe tratarlo con modales especiales, basándose en la guía del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
La relación entre el ser humano y el Corán:
Al-lah, el Todopoderoso, Afirma que cualquiera que crea en la vida después de la muerte, también cree en este Libro. Esto niega cualquier reclamo de legitimidad por parte de aquellos que alegan seguir una religión y una revelación anterior, pero rechazan el Corán. Al-lah Rechaza incluso sus afirmaciones de que creen en el más allá. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {[Los judíos] No valoraron ni enaltecieron a Al-lah como Merece, y dijeron: Al-lah no Ha revelado nada a ningún hombre. Diles: ¿Quién ha revelado el Libro que trajo Moisés como luz y guía para los hombres, y el cual copiáis en pergaminos y dais a conocer [lo que queréis de él], pero ocultáis una gran parte? Se os enseñó [en el Corán] lo que vosotros ni vuestros padres sabíais. Di: Fue Al-lah [Quien lo reveló], y luego déjales que continúen con sus burlas. Y éste [el Corán] es un Libro bendito que revelamos en confirmación de los Libros anteriores, y para que adviertas a la Madre de las Ciudades [La Meca] y a quienes viven en todos sus alrededores [el resto de la humanidad]. Quienes creen en la otra vida creen en él y no descuidan la oración prescrita}. [Corán 6:91-92].
En las aleyas siguientes, Al-lah Reafirma la relación entre la creencia en la vida después de la muerte y la creencia en el Corán, mencionando los castigos para aquellos que desmienten la vida después de la muerte inmediatamente después de mencionar la guía del Corán. Además, ya que este libro proviene de nuestro Creador y no es obra de ningún humano, contiene la guía hacia todo lo mejor y más elevado.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que este Corán guía por el sendero más justo y firme, y albricia a los creyentes que obran rectamente que recibirán una gran recompensa. Y a quienes no creen en la otra vida les tenemos preparado un castigo doloroso}. [Corán 17:9-10].
Al-lah nos recuerda Su conocimiento omnipresente y que Está completamente al tanto de aquellos que no se someten a la verdad del Corán. La Orden de Al-lah {Hagan lo que quieran} es la más seria de las amenazas, y también una clara afirmación de que aquellos que eligen no creer y son después castigados por hacer eso, son merecedores de ese castigo. Adh-Dhikr (el recuerdo de Al-lah), aquí, se refiere al Corán.
Ya que el Corán viene de Al-lah, Enaltecido sea, la falsedad no se le puede aproximar desde ninguna dirección. Cualquier investigación honesta del Corán, encontrará que está libre de cualquier contradicción y contiene muchas declaraciones milagrosas consistentes con el conocimiento humano, el cual no fue adquirido sino hasta muchos siglos después de que el Corán fuera revelado al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y que está adicionado a su clara guía hacia todo lo mejor para la humanidad, tanto para los individuos como para las sociedades.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Ciertamente quienes niegan Nuestros preceptos no pueden ocultarse de Nosotros. ¿Acaso quienes sean arrojados al Infierno [por su incredulidad] serán los mejores el Día de la Resurrección, o quienes estén a salvo [del castigo]? Obrad como os plazca [¡Oh, incrédulos!], y sabed que Él bien Ve todo lo que hacéis. Por cierto que quienes no creyeron en el Corán cuando les llegó [esta gracia divina, serán castigados], éste es un Libro protegido [de toda contradicción]. Es inalterable y no ha sido negado [por ningún Libro] que le precediera [ni podrá ser refutado por ningún otro Libro] que le suceda, porque ciertamente es una revelación del Sabio, Loable}. [Corán 41:40-42].
No existe una mejor ocupación en que puedas usar tu tiempo que aprendiendo y/o enseñando el Corán. Esto incluye la sola recitación así como también su significado, reglas y aplicación. Los mejores de esta nación son aquellos que aprenden el Corán y aquellos que lo enseñan.
Uzman, que Al-lah esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “El mejor de vosotros es el que aprende el Corán y lo enseña”(Al Bujari).
En otra narración, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “(El Día del Juicio) se dirá a la persona que memorice el Corán: ‘Lee y asciende, y recita como solías recitar en la vida mundanal, porque tu nivel (en el Paraíso) está en el último verso que recites” (At-Tirmidhi).
Y también dijo: “Una señal de la glorificación a Al-lah (por las personas) es honrar al musulmán anciano, el poseedor del Corán (la persona que lo memoriza), quien no es extravagante ni negligente hacia este, y honrar al gobernante justo” (Abu Dawud).
Modales al recitar el Corán:
Quien quiera recitar el Corán debe estar en estado de purificación ritual y aproximarse al Libro de Al-lah con los mejores modales, humildad y respeto. Debe estar bien sentado y no recostado ni sentado en forma irrespetuosa y arrogante. La mejor recitación de todas es la que se hace durante la oración, y la mejor de ellas es en la mezquita, pero eso no significa que debemos descuidarla en la casa.
En cuanto a la cantidad de la lectura, existen narraciones de los Compañeros del Profeta, que Al-lah esté complacido con ellos, respecto a completar la lectura del Corán en su totalidad cada tres días, cada semana o cada mes. Una vez por mes es la recomendación del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam; para aquellos que desean hacer más, recomendó una vez por semana como mínimo, y no debe intentarse en menos de tres días ya que esto compromete la comprensión, que es el objetivo principal de leer el Corán.
‘Abdul-lah ibn ‘Amir, que Al-lah esté complacido con él, narró lo siguiente: “El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, me dijo: “Lee el Corán (entero) cada mes”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Entonces léelo cada veinte días”. Dije: “Puedo hacer más que eso”. Así que él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Entonces léelo cada siete días, y no te excedas de eso” (Muslim).
No debes intentar leer el Corán completo en menos de tres días. Pues, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, indicó que alguien que hace esto no logra comprender. ‘Abdul-lah ibn ‘Amir, que Al-lah esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quienquiera lea el Corán en menos de tres (días), no lo comprenderá” (Abu Dawud).
La fórmula más simple es que debes buscar perfeccionar tu recitación y estudiar el Libro de Al-lah lo más que puedas, sin interferir con tus negocios o tu trabajo, sin dañar tu salud y sin comprometer tu habilidad para recitar los sonidos correctamente (por leer muy rápido) o reflexionar sobre su significado. Este último punto implica que si tú no conoces el significado del Corán, entonces lo mejor sería dividir tu tiempo entre la recitación del Corán y aprender el idioma árabe y el significado del Corán, para poder obtener los resultados deseados. Se reportó que Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Leer Al Baqarah y Al ‘Imran, recitando correctamente y reflexionando cuidadosamente, es más amado para mí que leer el Corán entero recitándolo apresuradamente”.
Si ves que tienes tiempo libre, no dejes pasar la oportunidad de obtener recompensas y beneficios, y gasta la mayor parte de él recitando el Corán. Esfuérzate por no dejar que tu recitación sea menos de una lectura completa por año, y agrega una en Ramadán si te es posible.
Embellecer la voz con el Corán:
Debemos esforzarnos por leer el Corán de manera que se escuche una linda voz. Alguien que posee una voz agradable debe esforzarse tanto como le sea posible. Esto nunca debe asemejarse al estilo de la música o las canciones.
Al Bara’ Ibn ‘Azib, que Al-lah esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Embelleced el Corán con vuestras voces (es decir, recitándolo con una voz agradable)”(Abu Dawud). La lectura preferida es la lectura tranquila, cuando uno se escucha a sí mismo sin la interrupción de otros.
'Uqbah ibn 'Amir Al Yuhani, que Al-lah esté complacido con él, narró que le Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien levanta la voz con el Corán es como aquel que exhibe su caridad, y quien baja la voz con el Corán es como aquel que da caridad secretamente”(Abu Dawud).
Excepto, claro está, que (al bajar la voz durante su recitación) no pueda escucharse a sí mismo. Tampoco hay nada malo con levantar la voz mientras se recita el Corán, cuando es con un propósito en particular, como el perfeccionar la pronunciación, ayudarse en la memorización o luchar contra somnolencia. También se incluyen los casos de enseñanza y aprendizaje, y la condición para todos estos casos es que no se moleste a los demás ni se interrumpa sus oraciones.
Contemplar su significado:
Cuando recites el Corán, debes recordar la gran benevolencia y favor de Al-lah sobre Su creación, y dejar entrar en tu mente el significado de Sus enseñanzas contenidas en este Libro. Siempre debes recordar que lo que estás leyendo no se parece a ningún otro libro. Conserva la realidad y grandeza de la fuente del Corán presente en tu corazón y reflexiona sobre el significado de lo que estás leyendo. Esta reflexión y entendimiento es, después de todo, el objetivo del Corán y el objetivo de su lectura. Si sólo puede ser concluido repitiendo los versos uno por uno, entonces hazlo y no te apresures. Si no entiendes el árabe, entonces lee y reflexiona sobre una traducción de su significado en tu idioma después de cada verso que recites; pero recuerda que lo que estás leyendo en otro idioma no son las mismas palabras de Al-lah, sino la traducción de su significado.
Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en una ocasión se pasó una noche entera reflexionando sobre las palabras de Al-lah: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Si les Castigas tienes derecho, pues ellos son Tus siervos, y si les perdonas, Tú Eres Poderoso, Sabio}[Corán 5:118].
Cuando recites el Corán y contemples su significado, debes intentar comprender tanto como sea posible cada verso que leas y tratar de obtener el mayor beneficio de ellos. Así por ejemplo, cuando leas versos que mencionen la creación de los cielos y la tierra, debes reflexionar en tu mente y en tu corazón sobre la granAl-lahidad y complejidad de todo lo que Al-lah Ha creado.
Cuando leas sobre la creación del feto dentro del cuerpo, a partir de unos líquidos, y las etapas por las que pasa a través de su desarrollo, reflexiona sobre el gran poder de Al-lah para producir algo tan complejo de algo tan simple.
Mantenerse alejado de todo lo que bloquea o impide el entendimiento:
Por ejemplo, los malos pensamientos pueden incrustarse en tu corazón y hacerte creer que no estas leyendo correctamente o no estás pronunciando una letra de manera correcta, y entonces te quedas atascado ahí y olvidas concentrarte en su significado. Otra causa es si la persona que recita está involucrada en un pecado recurrente, o es arrogante o prisionero de sus deseos. Todo esto causa oscuridad en el corazón y lo llena de herrumbre. Es como la suciedad sobre un espejo que evita la clara visión.
El corazón es como un espejo, y los deseos y distracciones son como la suciedad, y el significado del Corán es como la imagen que se ve en el espejo. Así que ejercita tu corazón poniendo tus deseos a un lado y concéntrate contra todas las distracciones si eres un espejo limpio.
Cuando recites el Corán, debes saber que todas las promesas y advertencia que en él se encuentran, están dirigidas a ti. Y que esas historias no fueron reveladas para entretenimiento, sino para aprender de ellas y tomar precauciones. Sobre estas bases puedes contemplar el Libro y actuar según sus directrices.