¿Es Muhámmad el autor del Corán? - Lo que dicen sobre el Corán - El Desafío del Corán

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¿Es Muhámmad el autor del Corán? - Lo que dicen sobre el Corán - El Desafío del Corán

¿Es Muhámmad el autor del Corán? - Lo que dicen sobre el Corán - El Desafío del Corán

¿Es Muhámmad el autor del Corán? - Lo que dicen sobre el Corán - El Desafío del Corán

¿Es Muhámmad el autor del Corán?
¿Quién es el autor del Corán?  ¡Alguien lo tuvo de haber producido!  ¿Después de todo, cuántos hombres del desierto se han puesto de pie en la historia de la humanidad y han dado un libro al mundo?  El libro tiene detalles asombrosos de naciones del pasado, profetas, y religiones, así como información científica exacta no disponible en la época en que se dio a conocer.  ¿Cuál fue la fuente de todo esto?  Si nosotros fuéramos a negar el origen divino del Corán, sólo quedan las siguientes posibilidades:

- El Profeta Muhámmad es el autor.
- Él lo tomó de alguien más.  En este caso, necesariamente debió copiarlo o de un judío o de un cristiano o de un extranjero que pasó por Arabia.  Pero ni siquiera sus enemigos contemporáneos, los mecanos, lo acusaron de haberlo copiado de uno de ellos.

Dios ha respondido concisamente a este asunto:
“Y dicen: ‘¡Son fábulas antiguas que él ha hecho que le escriban, para que le sean leídas mañana y tarde!

Di: ‘¡Aquel que conoce los misterios de los cielos y la tierra ha

hecho descender este Corán sobre mí!  ¡Ciertamente, Él es indulgente, dispensador de gracia!

Corán 25:5-6

Los detractores de Muhámmad sabían que nunca aprendió a leer ni a escribir.  Ellos conocían su carácter y por dónde había viajado; reconocieron su integridad y honestidad antes de la revelación llamándolo 'Al-Amin', el Fiable, el Fidedigno, el Honrado.  Sólo en su lucha contra su predica lo acusaron, y recurrieron para esto a toda clase de engaños y mentiras: ¡se lo acusó de ser un hechicero, un poeta e incluso un loco!  Sin embargo, los incrédulos no podían tomar una determinación final al respecto.

 Dios dice

Nosotros somos plenamente conscientes de lo que quieren oír cuando te escuchan

Pues cuando se juntan entre ellos, he ahí, que esos malhechores dicen: ‘¡Si siguierais a Muhámmad, seguiríais sólo a un hombre hechizado!’

¡Mira a qué te comparan, Oh, Profeta, porque se han extraviado y son ahora incapaces de hallar el camino!

Corán 17:47

Dios conoce todo lo que ocurre en los cielos y en la tierra, Él conoce el pasado y el presente, y reveló la verdad a su Mensajero Muhámmad.

¿Existe alguna posibilidad de que Muhámmad fuese el autor del Corán?
Es imposible que Muhámmad fuese el autor del Corán debido a las siguientes razones:  

Primero, se presentaron muchas ocasiones donde él podría haber inventado la revelación.  Por ejemplo, después de que la primera revelación vino, las personas esperaron para oír más, pero el Profeta no recibió nada nuevo durante meses.  Los Mecanos comenzaron a burlarse de él, decían: '¡Su Señor lo ha abandonado!'.  Esto continuó hasta la revelación del capítulo 93.  El Profeta podría haber imaginado algo y podría haberlo presentado como la última revelación para acabar la burla, pero él no hizo esto y soportó pacientemente.  También, en un momento dado durante su misión profética, algunos de los hipócritas acusaron a su esposa Aisha de ser adúltera.  El Profeta podría haber fabricado algo fácilmente en ese momento para librarla del reproche, pero él esperó por muchos días insoportables de dolor, burla y angustia, hasta que la revelación de Dios la libró de lo que le imputaban.

Segundo, hay evidencia dentro del Corán respecto a que Muhámmad no era su autor.  Varios versículos lo criticaron, y en ocasiones Allah lo reprendió fuertemente.  ¿Cómo un profeta impostor podría culparse a sí mismo cuándo esto lo podría poner en el peligro de perder el respeto de sus seguidores?  Aquí tenemos algunos ejemplos:

¡Oh, Profeta!  ¿Por qué, para complacer a tus esposas, te prohíbes algo que Dios ha hecho lícito para ti?  Pero Dios es indulgente, dispensador de gracia

Corán 66:1

el Profeta está libre de reproche por haber hecho lo que Dios ordenó para él.  El proceder de Dios con los profetas anteriores y  la voluntad de Dios es siempre destino absoluto; los que transmiten el mensaje de Dios al mundo y Le temen, y no temen a nadie excepto a Dios: ¡pues nadie lleva cuenta de sus acciones tan bien como Dios!

Corán 33:43

No es propio que el Profeta y quienes han alcanzado la fe, pidan perdón por los idólatras, aunque sean sus parientes más próximos, una vez que se les ha hecho saber que esos están destinados al fuego abrasador.  Y la petición de perdón que Abraham hizo en favor de su padre fue sólo por una promesa que le había hecho mientras vivía; pero cuando le fue hecho saber que había sido un enemigo de Dios, Abraham renegó de él, ciertamente, Abraham era sumamente tierno de corazón, benigno

Corán 9:113

El Profeta frunció el ceño y se apartó cuando vino a él un ciego.  ¿Pero acaso sabes, si quizás buscaba beneficiarse de la enseñanza del Corán?  Al que es rico, le dedicas atención, cuando no tienes el poder de purificarlo.  Sin embargo al que llegó a ti lleno de fervor y con temor de Dios ¡a ese no le prestas atención!  ¡No, en verdad, estos mensajes son un recordatorio, que quien quiera, pues, Le recuerde!

Corán 80:1-11

Si el Profeta Muhámmad hubiese compuesto el Corán, siendo así un impostor, no se habría reprendido a sí mismo.

“Y no es el Profeta alguien que escatime a otros el conocimiento de lo que está fuera del alcance de la percepción humana.  Ni es este mensaje la palabra de ninguna fuerza satánica maldita  ¿Adónde iréis, pues?

Este mensaje no es sino un recordatorio para toda la humanidad, para

Quien de vosotros quiera seguir un camino recto

Corán 81:24-27

El Profeta recibe una advertencia en los siguientes versículos:    

Ciertamente, hemos hecho descender sobre ti esta escritura divina que expone la verdad, para que juzgues entre los hombres según lo que Dios te ha enseñado.  Así pues, no disputes con los que traicionan su responsabilidad, sino pide perdón a Dios: ciertamente, Dios es en verdad indulgente, dispensador de gracia.  Ni tampoco defiendas a los que se traicionan a sí mismos: ciertamente, Dios no ama a quienes traicionan su responsabilidad y persisten en la maldad.  Quieren esconder sus actos de la gente; pero no pueden esconderlos de Dios --porque Él está con ellos cuando conciben en la noche toda clase de opiniones que Él no aprueba.  Y en verdad Dios abarca todo lo que hacen.  ¿Queréis vosotros abogar en su favor en esta vida?  ¿Y quién abogará en su favor ante Dios en el Día de la Resurrección, o quién será su defensor?  Sin embargo, quien obre mal o sea injusto consigo mismo y luego pida perdón a Dios, hallará que Dios es indulgente, dispensador de gracia: pues quien comete una falta, la comete sólo en detrimento propio; y Dios es ciertamente omnisciente, sabio.  Pero quien comete una falta o un delito y acusa de ello a un inocente, carga con una calumnia y otro delito manifiesto.  Si no fuera por el favor de Dios para contigo y por Su misericordia, algunos de esos que se traicionan a sí mismos ciertamente intentarían extraviarte; sin embargo, sólo se extravían a sí mismos.  Y tampoco podrán hacerte ningún daño, ya que Dios ha hecho descender sobre ti esta escritura divina y te ha dado la sabiduría, y te ha enseñado lo que no sabías.  Y el favor de Dios para contigo es ciertamente inmenso

Corán 4:105-113

Estos versículos explican una situación en que un musulmán de Medina robó un pedazo de armadura y lo escondió en la propiedad de su vecino judío.  Cuando los dueños de la armadura lo alcanzaron, él negó haberlo hecho y la armadura se descubrió donde el judío.  Él, sin embargo, acusó a su vecino musulmán, también negando su participación en el delito.  Las personas de la tribu del musulmán fueron al Profeta a suplicar en su nombre, y el Profeta se empezó a inclinar hacia ellos, sin embargo los versículos anteriores revelaron la aclaración del asunto.  ¡Todo esto a pesar del rechazo del judío respecto a la profecía de Muhámmad!  ¡Los versículos le dijeron al propio Muhámmad, el Profeta, que no debía ponerse del lado del engañoso!

Si el propio Muhámmad fuera el autor del Corán, siendo así un impostor mentiroso, él se habría asegurado que nada apareciera en el Corán que pudiese poner en riesgo su búsqueda de seguidores y partidarios.  El hecho es que el Corán, en varias ocasiones, da reprimendas al Profeta en ciertos problemas en que él había hecho un juicio incorrecto, esto constituye una prueba que no fue escrito por él.

Lo que dicen sobre el Corán

La humanidad ha recibido la guía divina sólo a través de dos canales: primero la palabra de Dios, segundo los Profetas que fueron elegidos por Dios para comunicar Su voluntad a los seres humanos. Estas dos cosas siempre han estado juntas, y tratar de conocer la voluntad de Dios negando cualquiera de las dos siempre ha conducido al engaño. Los hindús rechazaron a sus profetas y pusieron atención a sus libros, que resultaron ser sólo un rompecabezas de palabras que en última instancia perdieron. Del mismo modo, los cristianos, en total desprecio por el libro de Dios, le dieron toda la importancia a Jesús y por lo tanto, no sólo lo elevaron al estatus de divinidad, sino que también perdieron la esencia misma del Tawhid (monoteísmo) contenida en la Biblia.

Es un hecho que las principales escrituras reveladas antes del Corán, es decir, el Antiguo Testamento y el Evangelio, tomaron la forma de libros mucho tiempo después de los días de los Profetas, y lo hicieron como traducciones. Esto debido a que los seguidores de Moisés y de Jesús no hicieron un esfuerzo considerable para preservar estas revelaciones durante la vida de sus Profetas. En su lugar, estas fueron escritas mucho después de sus muertes. Así, lo que ahora tenemos en forma de Biblia (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento) es una traducción de versiones individuales de las revelaciones originales, que contienen adiciones y supresiones hechas por los seguidores de los Profetas mencionados. Por el contrario, el último libro revelado, el Corán, aún se mantiene en su forma original. Dios mismo garantizó su preservación y el Corán entero fue escrito durante la vida del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, en piezas separadas de hojas de palmera, pergaminos, huesos, etc. Más aún, hubo más de 100.000 compañeros que memorizaron el Corán por completo o partes de él. El propio Profeta solía recitarlo al ángel Gabriel una vez al año y dos veces el año en que murió. El primer Califa, Abu Bakr, confió la recopilación de todo el Corán en un volumen al escriba del profeta, Zaid ibn Zabit. Este volumen permaneció con Abu Bakr hasta su muerte. Entonces pasó a manos del segundo califa, Omar, y luego fue con Hafsa, la esposa del Profeta. Fue de esta copia original que el tercer Califa, Uzmán, preparó varias copias y las envió a diferentes territorios musulmanes.

El Corán fue preservado tan meticulosamente porque es el Libro de Guía para la humanidad hasta el final de los tiempos. Es por esto que no se ocupa sólo de los árabes, en cuyo lenguaje fue revelado, sino que le habla al hombre como ser huma      

¡Oh, hombres! ¿Qué os sedujo para que os apartaseis de vuestro Generoso Señor?

Corán 82   

El sentido práctico de las enseñanzas del Corán está establecido por los ejemplos del Profeta Muhammad y de los buenos musulmanes a través de los tiempos. El enfoque distintivo del Corán es que sus instrucciones tienen por objetivo el bienestar general del hombre y están basados en las posibilidades a su alcance. En todas sus dimensiones la sabiduría del Corán es concluyente. No condena ni tortura la carne, y tampoco descuida el alma. No humaniza a Dios ni deifica al hombre. Todo está cuidadosamente puesto donde corresponde

De hecho, los académicos que alegan que Muhammad fue el autor del Corán afirman algo que es humanamente imposible. ¿Cómo podría cualquier persona del siglo VI d.C. proferir las verdades científicas que contiene el Corán? ¿Cómo podría describir el desarrollo del embrión dentro del útero de forma tan precisa como la encontramos en la ciencia moderna?

En segundo lugar, ¿acaso es lógico creer Muhammad, que hasta la edad de 40 años fue reconocido sólo por su honestidad e integridad, de repente comenzara a crear un libro sin igual en mérito literario y el equivalente a lo que la legión entera de poetas y oradores árabes de mayor calibre no pudo producir? Finalmente, ¿acaso es lógico que Muhammad, que era conocido como Al Amín (el confiable) en su sociedad y que sigue siendo admirado incluso por eruditos no musulmanes por su honestidad e integridad, fuera capaz de hacer una falsa proclama y sobre ella entrenar a miles de hombres que fueron hombres íntegros, para establecer la mejor sociedad humana en la tierra?

De seguro, cualquier investigador sincero e imparcial de la verdad, llegará a creer que el Corán es el Libro revelado por Dios.

Sin estar necesariamente de acuerdo con todo lo que ellos dicen, presentamos aquí algunas opiniones de importantes estudiosos no musulmanes respecto al Corán. Los lectores pueden fácilmente ver cómo el mundo moderno se acerca a la realidad en relación al Corán. Hacemos un llamado a todos los estudiosos de mente abierta para que estudien el Corán a la luz de los puntos mencionados. Estamos seguros de que ello convencerá al lector de que el Corán no pudo haber sido escrito por ningún ser humano.

Goethe, citado en el Diccionario del Islam de T. P. Hughes, p. 526:
“A pesar de que a menudo nos volvemos hacia él [el Corán] primero con desagrado cada vez, pronto nos atrae, sorprende, y al final refuerza nuestra reverencia... Su estilo, de acuerdo a sus contenidos y objetivo es severo, enorme, tremendo —ocasionalmente, realmente sublime—. Por lo tanto, este libro seguirá ejerciendo a través de todas las épocas, la más poderosa influencia”.

Maurice Bucaille, El Corán y la Ciencia Moderna, 1981, p. 18:
“Un examen totalmente objetivo [del Corán] a la luz del conocimiento moderno, nos lleva a reconocer el acuerdo entre ambos, como ya he dicho en repetidas ocasiones. Esto nos hace considerar lo impensable de que un hombre de la época de Muhammad hubiera sido el autor de tales declaraciones a cuenta del estado del conocimiento en su tiempo. Tales consideraciones son parte de lo que le da a la revelación coránica su lugar único, y obliga a los científicos imparciales a admitir su incapacidad para brindar cualquier explicación que llame exclusivamente al razonamiento materialista”.

Dr. Steingass, citado en el Diccionario del Islam de T. P. Hughes, pp. 526-527:
“Una obra, pues, que suscita emociones tan poderosas y aparentemente incompatibles incluso en el lector distante —distante en cuanto al tiempo, y más aún en cuanto a desarrollo mental—, una obra que no sólo conquista la repugnancia con que puede comenzar su lectura, sino que cambia este sentimiento de adversidad por asombro y admiración, tal obra debe ser una producción maravillosa de la mente humana y, de hecho, un problema del mayor interés para todo observador de los destinos de la humanidad”.

Maurice Bucaille, La Biblia, el Corán y la Ciencia, 1978, p. 125:
“La observación anterior hace que la hipótesis promovida por aquellos que ven a Muhammad como el autor del Corán sea insostenible. ¿Cómo podría un hombre, siendo analfabeta, convertirse en el autor más importante, en términos de mérito literario, de toda la literatura árabe? ¿Cómo podría entonces pronunciar verdades de naturaleza científica que ningún otro ser humano pudo haber desarrollado en aquella época, y todo esto sin cometer el más mínimo error en su pronunciamiento sobre el tema?”

Dr. Steingass, citado en el Diccionario del Islam de T. P. Hughes, p. 528:
“Aquí, por lo tanto, su mérito como producción literaria quizás no debería ser medida por algunas máximas preconcebidas de sabor subjetivo y estético, sino por los efectos que produjo en los contemporáneos y compatriotas de Muhammad. Si habla con tanta fuerza y convicción a los corazones de sus oyentes como hasta ahora, para soldar elementos centrífugos y antagonistas en un cuerpo compacto y bien organizado, animado por ideas mucho más allá de las que hasta entonces gobernaron la mentalidad árabe, entonces su elocuencia fue perfecta, simplemente porque creó una nación civilizada a partir de tribus salvajes, y disparó una nueva trama que desvió el curso de la historia”.

Arthur J. Arberry, El Corán Interpretado, Londres: Oxford University Press, 1964, p. x:
“Al hacer el presente intento de mejorar el rendimiento de mis predecesores, y para producir algo que pueda ser aceptado siquiera como eco débil de la retórica sublime del Corán en árabe, he estudiado a fondo los ritmos ricamente variados e intrincados que —además del mensaje— constituyen la afirmación indiscutible de que el Corán clasifica entre las más grandes obras maestras de la literatura universal. Este rasgo muy característico —‘esa inimitable sinfonía’, como el creyente Pickthall describió su Libro Sagrado, ‘los sonidos precisos que mueven a los hombres a las lágrimas y al éxtasis’— ha sido casi totalmente ignorado por los traductores anteriores. Por lo tanto, no es de sorprender que lo que han producido suena aburrido y plano en comparación con el original, espléndidamente decorado”.

El Corán habla sobre sí mismo
Hemos hecho el Corán fácil de entender y de recordar. ¿Habrá alguien que reflexione?

Corán 54:17, 22, 32, 40 [se repite]

¿Acaso no meditan en el Corán, o es que sus corazones están cerrados con candados [y ello no les permite comprenderlo]?

Corán 47:24

Por cierto que este Corán guía por el sendero más justo y firme, y albricia a los creyentes que obran rectamente que recibirán una gran recompensa.

Corán 17:9

Ciertamente Nosotros hemos revelado el Corán y somos Nosotros sus custodios.

Corán 15:9

¡Alabado sea Allah! Quien ha revelado a Su siervo el Libro en el que no hay contradicción alguna.

Corán 18:1

Por cierto que expusimos en el Corán todo tipo de ejemplo, pero el hombre es un gran discutidor. Los hombres no creyeron ni se arrepintieron cuando se les presentó la Verdad [el Corán] porque no vieron el castigo que azotó a los pueblos que les precedieron, ni tampoco se enfrentaron con él.

Corán 18:54-55

Y revelamos el Corán como cura para los corazones y misericordia para los creyentes, pero ello no hace sino aumentar a los inicuos su perdición.

Corán 17:82

Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed una sura similar, y recurrid para ello a quienes tomáis por salvadores en lugar de Allah, si es que decís la verdad.

Corán 2:23

Este Corán no puede provenir sino de Allah. Confirma las revelaciones anteriores y explica detalladamente Sus preceptos, no hay duda alguna que proviene del Señor del Universo.

Corán 10:37

Cuando recites el Corán refúgiate en Allah del maldito Satanás.

Corán 16:9

El Desafío del Corán

El Corán no es único solamente en el modo en que presenta su tema principal, sino que también lo es por ser un milagro en sí mismo.  Cuando utilizamos el término “milagro”, nos referimos a realizar algo sobrenatural o extraordinario, que no puede ser imitado por los seres humanos.  Existen documentos que demuestran que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) desafió a los árabes a producir un trabajo literario semejante al Corán, pero que éstos no fueron capaces de hacerlo, a pesar de su reconocida elocuencia y destreza literaria.  El desafío de reproducir el Corán se presentó a la humanidad en tres etapas.

1. Todo el Corán
En el Corán, Dios le ordenó al Profeta Muhammad desafiar a toda la creación a que produjeran un libro a la altura del Corán:

Diles: Si los hombres y los genios se unieran para hacer un Corán similar, no podrían lograrlo aunque se ayudaran mutuamente.

Corán 17:88

2. Diez capítulos
Después, Dios hizo el desafío más fácil, retando a aquellos que negaban el origen divino del Corán a hacer diez capítulos similares a los contenidos en él:

O dicen: Él lo inventó [al Corán].  Diles: Inventad, entonces, diez suras (capítulos) como ésta y presentadlas e invocad a quienes podáis [para que os auxilien] en vez de Dios, si es que sois veraces.

Corán 11:13

3. Un capítulo
Finalmente, el desafío consistía en producir tan sólo un capítulo similar a los del Corán, siendo que el más breve de los capítulos coránicos, Surah Al-Kawzar, consta sólo de tres versículos.

Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed un capítulo similar, y recurrid para ello a quienes tomáis por salvadores en lugar de Dios, si es que decís la verdad.

Corán 2:23

Estos desafíos no eran simplemente palabras vacías que a nadie le importaría demostrar como erróneas.  El llamado del Profeta Muhammad al monoteísmo, la abolición de la idolatría en todas sus formas, y a la igualdad entre los esclavos y sus dueños, era una amenaza para todo el entorno socio-económico de la sociedad árabe en general; y, particularmente, para la tribu gobernante, los Quraish, de donde provenía el Profeta.  La Meca, el más importante centro comercial de Arabia, y también el centro espiritual, quería desesperadamente detener la proliferación del Islam.  El desafío era claro: todo lo que debían hacer los oponentes del Profeta para destruir al movimiento islámico era inventar un solo capítulo como los que recitaban el Profeta y sus seguidores.  Varios oradores y poetas de Quraish intentaron imitar el Corán; pero, por supuesto, fallaron.  Sin poder pasar el desafío del Profeta, los Quraishíes buscaron otros métodos para destruir al movimiento Islámico.  Intentaron ofrecer al Profeta grandes riquezas, la posición de rey, y sus más nobles y bellas mujeres a cambio de que dejara de invitar a la gente al Islam.  El Profeta respondió recitando los primeros trece versículos de Sûrah Fussilat.  Los Quraishíes también recurrieron a torturar a sus esclavos y parientes que habían abrazado el Islam, para intentar inútilmente que volvieran al paganismo.  Más tarde, organizaron un boicot económico en contra del Profeta, sus seguidores y los miembros de su clan, Banû Hashim, para hacer que sufran de inanición y se rindan, pero incluso este plan fracasó.  Finalmente, complotaron para asesinar al Profeta en su casa, enviando a jóvenes armados de cada clan de Quraish, para que la culpa fuera compartida por todos y al clan del Profeta le fuera imposible vengarse.

Sin embargo, Dios le permitió al Profeta y a sus seguidores que huyeran de La Meca y se unieran al nuevo grupo de conversos que había surgido entre las tribus de una ciudad del norte llamada Iazrib.  El Islam se expandió rápidamente entre los clanes de Iazrib, y al cabo de año, la mayor parte de los habitantes de la ciudad eran musulmanes.  Entonces nombraron al Profeta como su soberano y el nombre de la ciudad se cambió a “Medina an-Nabi” (La ciudad del Profeta), conocida hoy en día como “Medina”.  Durante los ocho años siguientes, los clanes de La Meca y las tierras vecinas, organizaron sin éxito una serie de campañas militares contra el Estado Musulmán que estaba surgiendo en Medina, las cuales finalizaron con la conquista musulmana de La Meca.

Pudo haberse evitado derramar tanta sangre si tan sólo los Quraishíes y sus aliados hubiesen sido capaces de producir simplemente tres líneas de poesía o prosa que se asemejara al capítulo más corto del Corán.  Por lo tanto, no caben dudas sobre el inigualable estilo literario del Corán, el milagro de su rima y la naturaleza extraordinaria de su ritmo.

Se ha sugerido que la inimitabilidad del Corán no es necesariamente única, ya que grandes poetas como Shakespeare, Chaucer y otros, tienen estilos que los distinguen de sus colegas contemporáneos.  Sin embargo, si algún poeta sobresaliente de hoy en día se pusiera a estudiar los escritos de Shakespeare en profundidad, escribiera un soneto con su estilo utilizando tinta vieja sobre una hoja de papel antigua, y asegurara haber descubierto un poema perdido de Shakespeare, probablemente su reclamo sería aceptado incluso después de ser cuidadosamente estudiado.  Aún los mejores poetas pueden ser imitados, sin importar que tan único haya sido su estilo, tal como se ha imitado a los grandes pintores (de hecho, algunos eruditos ingleses consideran que muchos de los escritos atribuidos a Shakespeare, pertenecen en realidad a su contemporáneo, Christopher Marlowe).  El Corán, sin embargo, está muy por encima de este nivel; ya han intentado plagiarlo a través de la historia y aún nadie ha resistido el escrutinio minucioso.  Y, como mencionamos anteriormente, el incentivo de imitar el Corán fue mayor durante la época de la revelación que en cualquier otra época, y fue en un momento en que las destrezas literarias estaban en su esplendor.  Aún así, ninguno de los intentos tuvo éxito.

¿Qué temas se discuten en el Corán?  Éste cubre varios tópicos. El Corán habla principalmente acerca de la unicidad de Dios y cómo vivir una vida de acuerdo con Su Voluntad. Otros temas incluyen la doctrina religiosa, la creación, la ley civil y criminal, el judaísmo, el cristianismo, el politeísmo, los valores sociales, la moralidad, la historia, las historias de los profetas del pasado y la ciencia.

El Corán menciona los grandes ejemplos humanos que fueron los profetas del pasado, recordándonos su gran sacrificio al difundir el mensaje de Dios, siendo los más importantes de ellos Noé, Abraham, Moisés, y Jesús. El Corán trata las maneras en las cuales los seguidores del los profetas, específicamente los judíos y los cristianos, han vivido o no de acuerdo con los mensajes proféticos. También, discute el destino de las naciones del pasado que rechazaron a sus Profetas, tales como Noé o Lot. Da instrucciones sobre cómo vivir una vida que complazca a Dios. Ordena a la gente orar, ayunar y cuidar a los necesitados. Discute asuntos de relaciones humanas, algunas veces con gran detalle –tales como las leyes de la herencia y del matrimonio– de una manera que en parte hace reminiscencia de la Biblia Hebrea, pero ajena al Nuevo Testamento. El Corán le dice a la gente que deben observar las instrucciones de Dios puramente por Su causa, no por algún propósito mundano. Advierte a aquellos que rechazan los mensajes de Dios que serán arrojados al fuego del Infierno, y promete a aquellos que aceptan los mensajes de Dios que les será dada la dicha del Paraíso. 

El Corán relata la versión original de muchas de las historias existentes en la Biblia, especialmente aquellas de Moisés (mencionado por su nombre más que cualquiera otra persona, seguido por el Faraón, su gran enemigo y el arquetipo coránico de la maldad humana). Sin embargo, no ofrece una narrativa sostenida como la encontrada en el Libro del Éxodo. Tiene mucho que decir acerca de los deberes morales y legales de los creyentes, pero no contiene nada como el código de la ley, el cual es pieza central del Libro de Deuteronomio. Muchos pasajes coránicos pueden ser adecuadamente descritos como prédica; pero, mientras que la voz del predicador en los Evangelios es la de Jesús (durante su ministerio en la tierra), en el Corán es la de Dios, el Eterno.

Además, el Corán repite ciertos versículos y temas de vez en cuando; también cambia súbitamente de temas y con frecuencia relata narrativas en forma resumida. Podemos ver dos razones para esta característica. Primero, sirve a un propósito lingüístico y es una de las poderosas técnicas retóricas del árabe clásico. Segundo, todos los temas del Corán, sin importar lo variados que sean, están envueltos alrededor de un hilo común que corre a lo largo de todo el libro: que todas las clases de adoración dedicadas a otros además de o junto con Dios son falsas, y que la obediencia a Él y a Sus Profetas, siendo uno de ellos Muhammad, es un deber. El Corán, a diferencia de la Biblia, no hace mención de genealogías, eventos cronológicos o detalles históricos minuciosos, sino que en lugar de ello usa los eventos, tanto del pasado como del presente, para ilustrar su mensaje central. Entonces, cuando el Corán está discutiendo las cualidades curativas de la miel o la vida de Jesús, ningún tema es un fin en sí mismo, sino que cada uno está relacionado de una forma u otra con el mensaje central: la unicidad de Dios y la unidad del mensaje profético. Sin importar cuál sea el tema, encuentra la ocasión para referir la discusión de vuelta a su tema central.

Otro punto importante para tener en cuenta es que el Corán no fue revelado de una sola vez, sino que fue revelado por partes durante un lapso de 23 años. Como las escrituras previas, muchos pasajes fueron revelados en respuesta a eventos específicos. Con frecuencia, la revelación coránica vendría del ángel Gabriel al Profeta Muhammad como una respuesta a una pregunta elevada por aquellos alrededor de él, ya fueran creyentes o no. El Corán se dirige a la “Gente del Libro” (un término usado por el Corán para los judíos y los cristianos), la humanidad en general, los creyentes y, finalmente, se dirige al Profeta mismo, ordenándole qué hacer en ciertas situaciones o apoyándolo o consolándolo frente al ridículo o al rechazo. Conocer el contexto histórico y social clarifica el texto.

Algunas otras características notables del estilo del Corán son las siguientes:

(1)  El uso de parábolas para suscitar la curiosidad del lector y explicar verdades profundas.
(2)  Más de doscientos pasajes comienzan con la palabra árabe Qul  (‘Di’) –dirigiéndose al Profeta Muhammad para que diga lo que sigue en respuesta a una pregunta, para explicar un asunto de fe o para anunciar una regulación legal. Por ejemplo: 

Di: ¡Oh, Gente del Libro! ¿Acaso nos reprocháis que creamos en Allah, en lo que nos fue revelado y en lo que fue revelado anteriormente, cuando la mayoría de vosotros estáis desviados

Corán 5:59

(3)  El algunos pasajes del Corán, Dios jura por Su maravillosa creación para fortalecer un argumento o para disipar las dudas de la mente de quien escucha:

1. Juro por el sol y su luminosidad [a la mañana],
    2. Por la luna que le sucede [en la noche],
    3. Por el día cuando resplandece,
    4. Por la noche cuando cubre todo [con su oscuridad],
    5. Por el cielo y Quien lo construyó,
    6. Por la Tierra y Quien la extendió,
    7. Por el hombre y Quien lo creó”. (Corán 91:1-7)
        A veces Dios jura por Sí Mismo:

Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente

Corán 4:65

(4)  Finalmente, el Corán tiene lo que se llama “las letras desarticuladas”, compuestas de letras del alfabeto árabe, las cuales, tomadas juntas, no tienen un significado en el léxico árabe. El significado es sólo conocido por Dios.  Ellas aparecen al comienzo de 29 suras, y al ser recitadas, cada letra es pronunciada y no las palabras que ellas forman. Por ejemplo, la primera ayah de la Surat-ul-Baqara aparece como Alif-Lam-Mim, tres letras del alfabeto árabe pronunciadas individualmente.

Una persona no familiarizada con el Corán lo encontrará un poco difícil de leer, especialmente al comienzo; pero si mantiene estos puntos en mente se acostumbrará a él y, de hecho, encontrarán que aunque sea una traducción, es en verdad un libro profundo, que no se compara con ninguno otro.

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