Invocaciones y súplicas
Invocaciones y súplicas
Invocaciones y súplicas
Invocaciones y súplicas
Éstas son algunas súplicas recomendadas para invocar a Alá en cualquier
situación, pero que fuera registrada en su mayoría durante la culminación de
la recitación del Sagrado Corán y la peregrinación de despedida de nuestro
amado Profeta Muhammad :
¡Oh, Alá! Te ruego indulgencia y bienestar en esta vida y en la otra. ¡Oh,
Alá! Te ruego indulgencia y bienestar en mis asuntos religiosos y
mundanales, mi familia y mis bienes. ¡Oh, Alá! Cubre mis debilidades y
sosiega mis miedos. ¡Oh, Alá! Protégeme por delante, detrás, derecha,
izquierda y encima mío. Me refugio en Tu grandeza de ser engullido por la
tierra
¡Oh, Alá! Concédeme un cuerpo sano. ¡Oh, Alá! Concédeme un oído sano.
¡Oh, Alá! Concédeme una vista sana. No hay otra divinidad salvo Tú. ¡Oh,
Alá! Me refugio en Ti de la incredulidad y la pobreza y en Ti me amparo del
tormento de la tumba. No hay otra divinidad salvo Tú.
¡Oh, Alá! Tú eres mi Señor, no hay otra divinidad salvo Tú. Me Has
creado y yo soy Tu siervo; mantengo mi pacto y promesa contigo como mejor
puedo. En Ti me refugio del mal que haya cometido. Reconozco Tus gracias
para conmigo y reconozco mis pecados; ¡perdóname! porque nadie sino Tú
perdona los pecados.
¡Oh, Alá! Me refugio en Ti de las preocupaciones y la tristeza, de la
incapacidad y la holgazanería, de la avaricia y la cobardía, del peso de las
deudas y de la opresión de los enemigos.
¡Oh, Alá! Decreta para mí obras piadosas en el comienzo de este día, éxito
al mediodía y salvación en el final. ¡Oh, Tú que eres el más Misericordioso! Te
pido que me concedas bienestar en esta vida y en la otra.
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¡Oh, Alá! Te pido estar complacido con lo que Has predestinado. Te
suplico una vida fresca después de la muerte y el deleite de contemplar Tu
rostro. Te pido hagas que mi corazón anhele el encuentro contigo y que éste
no sea en momentos de desgracias ni tribulaciones y sediciones que me
desvíen.
¡Oh Alá! No permitas que oprima o sea oprimido, que agreda o sea
agredido y que cometa un pecado que no perdones.
¡Oh, Alá! Me refugio en Ti de llegar a la edad de la decrepitud.
¡Oh, Alá! Guíame para que así aprenda los mejores modales, pues nadie
sino Tú guías hacia ellos. Y aleja de mí las malas obras, pues nadie sino Tú
alejas de ellas.
¡Oh, Alá! Perfecciona mi religión, concédeme comodidad en mi hogar y
bendice mi sustento.
¡Oh, Alá! Protégeme de la crueldad y la indiferencia, de la humillación y
la pobreza y protégeme de la incredulidad, la desobediencia, la discordia y la
mala reputación. ¡Oh, Alá! Protégeme de la sordera, la mudez y las
enfermedades graves.
¡Oh, Alá! Fortalece mi espíritu y purifícalo; Tú eres Quien mejor puede
hacerlo, Tú eres su Señor y su Dueño. ¡Oh, Alá! Protégeme de saber lo que no
beneficia, de tener un corazón rebelde y un espíritu insaciable y protégeme de
las plegarias que no son respondidas. ¡Oh, Alá! Protégeme del mal que he
cometido y del que pueda cometer, protéjame del mal que he conocido y del
que pueda conocer. ¡Oh, Alá! Protégeme de que ya no me alcancen Tus
gracias y Tu protección y que en su lugar, me coja Tu imprevisible castigo y
toda Tu cólera.
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¡Oh, Alá! Me refugio en Ti del derramamiento de sangre. ¡Oh, Alá!
Protégeme de morir ahogado o quemado y también de llegar a la decrepitud.
Protégeme de Satanás al momento de la muerte. Protégeme de toda codicia
que conduzca a los actos viles. ¡Oh, Alá! Protégeme de las acciones
reprobables, las pasiones y los caprichos. Protégeme del peso de las deudas y
de la opresión de los enemigos.
¡Oh, Alá! Perfecciona mi religión, que es mi salvación, mejora la condición
de esta vida en la que encuentro y la de la otra a la que retornaré. Haz que
esta vida sea para mí una etapa de aprovisionamiento de buenas obras y que
la muerte sea un alivio de todos los males.
¡Oh Alá! Perdóname, ten misericordia de mí, guíame y facilítame el
camino, concédeme el triunfo y no la derrota. ¡Oh, Alá! Hazme un siervo
agradecido, obediente, sensato y honesto. ¡Oh, Alá! Acepta mi
arrepentimiento, purifica mi espíritu, responde mis plegarias, fortaléceme,
tranquiliza mi corazón y pon freno a mi lengua.
¡Oh, Alá! Te pido firmeza y constancia. Te pido ser un siervo agradecido
de Tus gracias y un adorador ferviente. Te pido un corazón sano y una lengua
sincera. Te pido me concedas el bien y me protejas del mal. Te pido me
perdones por lo que Tú conoces, pues Tú eres Omnisapiente.
¡Oh, Alá! Infúndeme la sensatez y protégeme de la maldad de mi propia
alma. ¡Oh, Alá! Te pido hacer el bien, apartarme del mal y amar a los pobres.
¡Oh, Alá! Perdóname y ten misericordia de mí. Si decretas una sedición entre
Tus siervos, hazme morir antes de ello. ¡Oh, Alá! Te pido me infundas el amor
por Ti, por quien Tú amas y por toda obra que me acerca a ti. ¡Oh, Alá! Te
pido la mejor de las plegarias, el mejor de los éxitos y la mejor de las
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recompensas. Afianza mi fe, acepta mi oración y perdona mis errores. Te pido
los más altos grados en el Paraíso.
¡Oh, Alá! Te suplico ser recordado como una persona de bien y te pido
que pongas fin a mis cargas, que purifiques mi corazón, que me protejas de
las obscenidades y que perdones mis pecados. Te pido los grados más altos en
el Paraíso.
¡Oh, Alá! Te pido que bendigas mi reputación, mi conocimiento, mi
espíritu, mi naturaleza, mi conducta, mi familia, mi trabajo y mi entorno y te
ruego que aceptes mis buenas acciones. Te pido los grados más altos en el
Paraíso.
¡Oh, Alá! Tú que cambias los corazones, afirma el mío en tu religión. ¡Oh,
Alá! Tú que desvías los corazones, lleva los nuestros hacia Tu obediencia. ¡Oh,
Alá! Danos en abundancia, sé generoso con nosotros, danos y no nos
restringas. Hónranos y no nos niegues. ¡Oh, Alá! Mejora los resultados de
todos nuestros asuntos y protégenos del oprobio en este mundo y del
tormento el Día del Juicio. ¡Oh, Alá! Concédenos la piedad y el temor
suficiente como para no desobedecerte y concédenos la seguridad que nos
permita ser pacientes ante las adversidades de este mundo.
¡Oh, Alá! Permítenos disfrutar de nuestro oído, nuestra vista y nuestra
salud. ¡Oh, Alá! Concédenos la victoria contra quien nos declaran la guerra.
¡Oh, Alá! No hagas que nuestra mayor preocupación sea la vida terrenal.
No nos pruebes en nuestra religión, y no nos sometas a causa de nuestros
pecados a aquellos que no Te temen y no nos tienen compasión. ¡Oh, Alá! Te
pido me guíes hacia las acciones que entrañan Tu misericordia y perdón, me
recompenses de todo acto piadoso, me preserves de todo mal, me agracies con
el Paraíso y me salves del fuego eterno. ¡Oh, Alá! No nos permitas cometer un
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pecado que no perdones, ni tener un defecto que no cubras, ni padecer un
sufrimiento que alivies, ni profesar otra religión distinta a la Tuya.
¡Oh, Alá! Te pido que con Tu misericordia guíes mi corazón y pongas
orden en mi vida, que dispongas de mis asuntos, protejas mi honor durante
mis ausencias, eleves mi reputación, purifiques mi rostro, aumentes mi
trabajo, me infundas rectitud, alejes de mí los conflictos y me preserves de
todo mal.
¡Oh, Alá! Te pido el éxito el Día del Juicio, la bienaventuranza, el rango de
los mártires, la compañía de los profetas y la victoria sobre los enemigos. ¡Oh,
Alá! Te pido la felicidad en la fe. Te pido Tu misericordia, Tu protección, Tu
perdón y Tu aprobación. ¡Oh, Alá! Protégeme del mal de mi propia alma.
¡Oh, Alá! Tú escuchas mis palabras, me ves y sabes mis secretos y lo que
manifiesto; y por cierto que no Te oculto nada. Yo soy el pobre que implora
Tu socorro y busca Tu protección y soy el arrepentido que reconoce sus
pecados, por ello Te pido como lo hace el pecador arrepentido y Te suplico
como lo hace el ciego temeroso y sometido a Ti que bendigas a nuestro
Profeta Muhammad, a su familia y a sus compañeros.
La Súplica, condiciones y virtudes
Todas las alabanzas pertenecen a Allah, Señor del Universo, quien nos ha pedido que le suplicáramos y prometió contestar a nuestros ruegos. Atestiguo que no hay Dios sino Allah, único, sin asociados, quien prometió premiar a los virtuosos. Y atestiguo que Muhammad es su siervo y mensajero, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, su familia y compañeros.
La palabra súplica (Du‘a) incluye los siguientes significados: llamar,
invocar, rogar, pedir, implorar.
Este término está mencionado en el Corán y alude a diversos significados,
tal como muestran los siguientes versículos:
Adoración
“No suplicar (no adorar) en vez de Allah lo que no puede beneficiarme ni perjudicarme, porque de hacerlo me contaría entre los inicuos.” (10:106)
Buscar ayuda
“Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed una sura similar, y rogad (buscad) ayuda para ello en quienes tomáis por socorredores en lugar de Allah, si es que decís la verdad.” (2:23)
Invocación
“Vuestro Señor dice: Invocadme, que responderé [vuestras súplicas].” (40:60)
Una llamada
“El día que os llame resucitaréis alabándole y os parecerá que no habéis permanecido [en las tumbas] sino poco tiempo.” (17:52)
Alabanza
“Diles: Y sea que Le invoquéis diciendo: ¡Oh, Allah! ¡Oh, Clemente! O cualquier otro nombre con el que Le alabéis, Él os oirá. Sabed que Él posee los nombres [y atributos] más sublimes.” (17:110)
En cuanto a la definición de la palabra súplica (Du‘a), los eruditos la
definieron de manera semejante.
Al-Jattâbi comentó: “El significado de súplica (Du‘a) es: un pedido de ayuda del siervo a su Señor, un pedido de continuo apoyo. Su esencia es que una persona muestra a Allah su necesidad y se libera de todo poder o facultad de cambio (por sí mismo). Esta es la característica de la devoción y el servicio a Allah. La súplica incluye el significado de alabanza a Allah y de atribuirle a Él la Generosidad y Dadivosidad”.
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Ibn Qayim la definió así: “Es solicitar lo que beneficia y pedir que desaparezca aquello que causa perjuicio o aflicción”.
Humildemente, ante los sabios que he mencionado, mi definición de súplica o Du’a sería: “Aquel diálogo íntimo donde con devoción se expresa la necesidad ante el Señor Todopoderoso, con el acento plácido e íntimo de la confianza que solamente se experimenta ante Quien conoce perfectamente nuestra situación y de Quien solicitamos con la mayor humildad y entrega todo aquello que nos beneficie en esta vida y el más allá, y ante Quien nos refugiamos y pedimos protección de todo lo que nos aflige y atormenta en esta vida y el más allá”. Y Allah sabe más y mejor.
La súplica (Du‘a) y su relación con la doctrina (‘Aqidah)
La súplica (Du‘a) tiene una estrecha relación con nuestra doctrina (‘Aqidah)
y el monoteísmo (Tauhid). Es una de las mejores maneras que poseemos
para aumentar nuestra fe (Imán) y apreciar los Nombres y Atributos de Allah.
Es un fuerte recordatorio de los poderes ilimitados de Allah y de la
incapacidad inherente del ser humano.
La súplica aumenta la fe debido a diversos factores. Hace evidente el
hecho de que no tenemos el control absoluto sobre nuestro destino, ni
tampoco tenemos el poder para beneficiarnos o apartar el mal de nosotros
mismos. Nos muestra la necesidad que el musulmán tiene de su Señor.
Prueba que aquel que suplica sinceramente cree que Allah escucha su ruego y
que le responderá. Tal persona también afirma la infinita misericordia,
beneficencia y generosidad de Allah. Cuanto más aumente su sensación de
necesidad de la Misericordia de su Señor, más aumentará su fe. De la misma
manera, cuanto más aprecie y advierta la perfección de los Nombres y
Atributos de Allah, más aumentará su fe. Ambos factores - conocer nuestra
necesidad de Allah en todo aspecto y Su Naturaleza Perfecta - son la esencia
de la fe.
La súplica evidencia que sólo Allah merece ser adorado (monoteísmo en la
adoración- Tauhíd Al-Uluhiiah), porque si Allah tiene el control total sobre la
creación, y si sólo Él puede responder la invocación de quien se encuentra
afligido, es el único que merece nuestra completa sumisión y adoración.
La súplica también nos indica que Allah tiene los Nombres y Atributos más
Perfectos (monoteísmo en los Nombres y Atributos de Allah - Tauhíd Al-Asma’
ua As-Sifat). Sólo Él puede oír la plegaria silenciosa del siervo, sin importarle
donde éste se encuentre y solamente Él es quien puede entender su
situación. Su conocimiento es más completo que el conocimiento del siervo
mismo sobre la situación difícil en que éste se encuentra. De igual manera,
sólo Allah tiene el poder completo y la autoridad máxima para otorgarnos lo
que necesitamos y anhelamos.
En consecuencia, la súplica es un poderoso indicador del monoteísmo
(Tauhíd) en sus tres tipos.
La Súplica y su relación con la adoración y devoción
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Sabemos que el Du'a (súplicas) es una de las mejores formas de adorar a Allah (alabado sea). Relató An-Nu'man Ibn Bashir (Allah se complazca de él) que el Profeta (paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: "El Du'a es adoración” y luego recitó la aleya Coránica "…vuestro señor ha dicho: Pedidme, que os responderé (vuestros ruegos), por cierto que aquellos cuya soberbia les impida adorarme, entraran en el Yahannam humillados.” (40:60). (Relatado por Abu Dawud y At-Tirmidhi).
Allah nos ha ordenado hacer Du’a en innumerables aleyas del Sagrado Corán, prometiendo responder, y elogiando a sus profetas y mensajeros cuando dijo: "Todos ellos se apresuraban a las buenas obras, nos pedían con anhelo y eran temerosos.” (21:90).
Allah nos ha informado (alabado sea) que está cerca de sus siervos, y que ha de responder a sus súplicas cuando dijo: “…cuando mis siervos te pregunten sobre mi…yo estoy cerca y respondo al ruego del que pide cuando me pide.” (2:186).
Allah (alabado sea) nos ha ordenado suplicarle y ser humildes ante Él, especialmente ante las calamidades y aflicciones, ya que nadie puede responder las súplicas ni resolver las dificultades excepto Él. Dijo: “Quien responde al que se ve en necesidad librándolo del mal…” (27:62)
De la misma manera, reprochó a las personas que no hacen Du'a en
tiempos de tragedias o en los días difíciles diciendo: “No hemos enviado a una
ciudad a ningún profeta sin haber castigado a su gente con la miseria y el
padecimiento para que fuesen humildes.” (7:94)
Dijo Allah (alabado sea) en el Sagrado Corán: “Es verdad que hemos
mandado enviados a comunidades anteriores a ti, a las que sorprendimos con
la desgracia y el infortunio para que así pudieran ser humildes. ¡Si hubieran
sido humildes cuando les llegó nuestro rigor! Sin embargo sus corazones se
endurecieron, y Sheitán hizo que vieran bueno lo que hacían.” (6::42-43)
Allah (alabado sea) responde a las súplicas por su misericordia y generosidad.
Y a pesar de no tener ninguna necesidad de Sus criaturas, les ha ordenado
que le suplicaran, porque ellos son los que están necesitados de Él. Dijo Allah
en otra Aleya del Corán: “¡Hombres! Vosotros sois los que necesitáis de Allah,
mientras que Allah es rico, en si mismo alabado.” (35:15)
Y nos recordó este concepto en el Sagrado Corán cuando dijo: “Y Allah esta libre de toda necesidad, siendo vosotros los que lo necesitáis.” (47:38)
Allah menciona en un hadith Qudsi: Oh siervos míos! todos estáis extraviados, salvo a quien yo guío, así que pedidme la guía que os guiaré. ¡Oh siervos míos! Todos estáis hambrientos, salvo a quien he dado de comer. Así que ¡pedidme alimento! que os alimentare.
¡Oh siervos míos! Cometéis errores noche y día, y yo os perdono todos ellos. Así que ¡pedidme perdón! que he de perdonaros.”
(relatado por Muslim)
Condiciones para que las súplicas sean aceptadas
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Existen condiciones específicas que deben cumplirse para que las súplicas sean aceptadas:
1. Obediencia:
Que el siervo sea obediente, y no ignore las obligaciones de Allah, cometiendo el Haram.
Dijo Allah (alabado sea): ¿Recién ahora crees, luego de haber desobedecido y haberte contado entre los corruptores?” (10:91)
Fue informado que Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Un hombre que realiza un largo viaje, y ya desgreñado y polvoriento, extiende sus manos al cielo diciendo: ¡Oh Señor!, ¡Oh Señor!, pero su comida es haram, su bebida es haram, su ropa es haram y se alimenta del haram, ¿como habrá de serle respondida (su súplica)?” (Narrado por Muslim)
En este Hadiz el Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) indicó que la comida, la bebida y la vestimenta haram tienen una gran influencia tanto en que el Du’a sea escuchado, como que sea respondido.
Dijo el mensajero de Allah (la paz y bendiciones de Allah sean con él):
"Busca que tu comida sea del Halal, y tu Du'a será respondido."
Abdallah, el hijo del Imam Ahmad (que Allah sea misericordioso con ambos) mencionó en el libro de Al-Zhuhd (El ascetismo): "Cierta vez un tiempo de dificultad cayó sobre los Israelitas, por lo que salieron a cazar, entonces Allah inspiró a su Profeta para que les diga: "Salís a cazar y vuestros cuerpos están impuros y levantáis hacia mi las manos llenas de sangre impura suplicándome, luego de haber llenado vuestras casas del haram. Ahora se ha multiplicado mi enojo hacia ustedes y no os habéis sino alejado más y más de mi.”
Así que tomad conciencia de vosotros mismos y revisad las fuentes de vuestro sustento, alimento y bebida, para que Allah responda vuestras invocaciones y Du'as.”
2. Sinceridad:
Entre las condiciones para que el Du’a sea aceptado por Allah (alabado sea) se encuentra que la súplica se haga con sinceridad. Allah dijo en una Aleya del Corán: “Así pues invocad a Allah sinceramente, y solo a Él adorad…” (40:14). Y dijo: “y no invoquéis a nadie junto a Allah…” (73:18) Aquellos que asocian en sus súplicas junto a Allah, a ídolos, tumbas, muertos, santos u otras divinidades, Allah no habrá de contestarles sus súplicas, puesto que se han apartado y han roto su relación de monoteísmo con Él. Siendo el peligro mayor, que cuando supliquen a Allah en tiempos de adversidad, no les serán respondidas sus súplicas. Asimismo aquellos que buscan la intermediación de los muertos diciendo: “Te pedimos Oh Allah por fulano, o por el grado de cercanía a Ti de fulano”. Pero Allah no contesta sus súplicas porque es una
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forma de idolatría e innovación inválida y prohibida. Ya que Allah no nos indicó buscar intermediarios al suplicarle, sino que ordenó a su último Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) enseñar a los musulmanes la necesidad de dirigirse directamente a Allah en todas las súplicas y actos de adoración, abandonando todo intermediario y asociado.
Dijo el enviado de Allah (la paz y bendiciones de Allah sean con él): "Recuerda a Allah en la prosperidad y Él te recordará en momentos de adversidad". Es decir, que si el siervo teme a Allah, no sobrepasa los límites y realiza sus deberes en tiempos de prosperidad, habrá conseguido conocer a Allah y establecer una relación especial entre él y su Señor. Entonces Allah lo conocerá y recordará en tiempos de adversidad y considerará su obediencia en tiempos de prosperidad removiendo sus dificultades. Dice el Allah (alabado sea) en un hadiz Qudsi: “… (mi siervo) se acerca a mi a través de los actos voluntarios hasta que lo amo, y si lo amo soy el oído con el que oye y la vista con la que ve, y la mano con la que toma y las piernas con las que anda, si me pide le concedo y si me pide protección ciertamente se la daré.” (Narrado por Bujari).
Dijo Allah en el Sagrado Corán: “y cuando mis siervos te pregunten sobre mi…yo estoy cerca y respondo al ruego del que pide cuando me pide.” (2:186) y dijo también: "Y vuestro señor ha dicho: Pedidme, que os responderé (vuestros ruegos).” (40:60).
Quien tema a Allah y le obedezca en tiempos de prosperidad, Allah lo apoyará y sustentará moralmente en momentos de aflicción, dolor y calamidad.
Allah dijo acerca del profeta Yunus (Jonás - la paz y bendiciones de Allah sean con él) cuando lo tragó la ballena: “De no haber sido porque era uno de los que glorificaban, habría permanecido en su vientre hasta el día de la resurrección.” (37:143-144.) Esto significa que fue salvado por las buenas obras que realizaba en tiempos de prosperidad. De no haber hecho buenas obras habría permanecido dentro de la ballena hasta sus últimos días. En otras palabras, el estómago de la ballena habría sido su tumba. Algunos de los primeros musulmanes (salaf) acuñaron la siguiente máxima: “Permanece próximo a Allah en tus días de prosperidad que Él estará próximo de ti en días de adversidad”.
Pero miremos el caso contrario, Faraón era un tirano, alejado del recuerdo de Allah. Y Allah dijo: “Hasta que al ver que las aguas lo ahogaban, dijo: ¡creo…!” (10:90). Es decir que al ver que moriría ahogado intentó creer y pedir a Allah la salvación, pero en ese momento no le fue aceptado su pedido, porque se había comportado como un tirano hasta entonces, y por eso su súplica no era sincera.
4 - Suplicar con el corazón atento
En el libro Mustadrak del Hakim, se menciona que Abu Hurairah (Allah se complazca de él) narró que el Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: “suplicadle a Allah estando seguros de su respuesta, y sabed que Allah no acepta el Du’a de un corazón distraído, negligente.”
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5- Ordenar el bien y prohibir el mal
Relato Hudhaifah Ibn Al-Yaman (Allah se complazca de él) que el Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: "Por aquel en cuyas manos se encuentra mi alma, que debéis ordenar el bien y prohibir el mal o descenderá sobre vosotros un castigo de Allah, y entonces le suplicaréis y no recibiréis respuesta.” (Transmitido por Tirmidhi). También mencionó Al-Hakim en su libro Al-Mustadrak de ‘Ali Ibn Abi Talib (Allah se complazca de él) quién narró que el Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: "El Du'a es el arma del creyente, el pilar de la religión y la luz de los cielos y tierra" y dijo (la paz y bendiciones de Allah sean con él) "El Du’a siempre tiene beneficio, sea concedido o no; por lo que haced Du’a, Oh siervos de Allah.” (Transmitido por Al-Hakim, hadiz hasan).
Relató Aisha (Allah se complazca de ella) que el Profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) dijo: "Allah ama aquellos que son insistentes en sus súplicas."
Por consiguiente, el Du'a es una de las formas mas importantes de adoración para el musulmán. Por medio del cual se muestra la humildad y el temor del siervo hacia Allah, la necesidad de Él, la inclinación del corazón, y la necesidad de suplicarle. Por el contrario, la renuncia al Du'a indica la arrogancia y dureza del corazón.
Hacer Du'a es una razón para entrar al paraíso. Allah (alabado sea) dijo en el Corán: “Y se encontrarán frente a frente haciéndose preguntas. Dirán: Antes, cuando estábamos entre los nuestros, fuimos temerosos. Y Allah nos ha favorecido y nos ha librado del castigo del SimúnP0F1P. Es verdad que antes Le rogábamos y que Él es el Bondadoso, el Compasivo”. (52:25) Dijo Allah (alabado sea) en otra aleya: "Y vuestro señor ha dicho: Pedidme, que os responderé (vuestros ruegos), es cierto que aquellos cuya soberbia les impida adorarme, entraran al Yahannam humillados.” (40:60).
Por consiguiente el musulmán debe suplicarle a Allah y aumentar sus súplicas con sincera devoción. En días de sedición y confusión sobre asuntos de religión y fe, especialmente en esos momentos, es de vital importancia refugiarse en la súplica.
Recordemos siempre en nuestras Du’a buscar refugio en Allah contra nuestro real enemigo, el maldito Sheitán: “Rogad a vuestro señor humilde y secretamente, es cierto que el no ama a los que se exceden. Y no corrompáis en la tierra después del orden que se haya establecido, e invocadlo con temor y anhelo. Por cierto que la misericordia de Allah esta próxima de los que hacen el bien.” (7:55-56)
Quiera Allah concedernos las bondades del noble Corán y beneficiarnos de sus aleyas y sabias enseñanzas.
1 Simún: Implica el calor mas extremo, es el nombre de un viento caliente del desierto y se dice que es uno de los nombres del Yahannam